Si te mudas a otro país o ciudad, sea cual fuera la razón, trabajo, situación económica, familia, novio, novia, cambio de aire; todas las razones llegan a ser insuficientes pero necesarias a la hora de adaptarse.
Adaptarse a una nueva cultura, idioma, ambiente, clima, reglas sociales, y estilo de vida es muy duro y al mismo tiempo interesante. En mi caso personal, cuando me mude de país fue porque mi familia lo decidió hacer, no seguí mis necesidades ya que era demasiado chica para seguir mi propio camino y demasiado grande para depender de sus decisiones. Sin embargo seguí las decisiones de mi familia.
Al principio de mi llegada, decidí tomarme todo fácilmente como si fuera irreal, ya que era muy duro enfrentar la realidad de que me aleje de mi vida, que deje todo lo que tenia atrás.
Decidí entonces que todo seria una gran vacación. Junto con el clima era caluroso, vivía cerca de la playa lo cual en mi país no lo tenía entonces mi vida seria un cuento total. A lo largo de los meses, no hacia mas nada que salir, comprar, conocer gente y divertirme sin ningún propósito de lo que iba a pasar en mi futuro.
Luego de unos meses conocí a un chico que creía que cumplía con todas mis expectativas de hombre ideal. Popular, atractivo, simpático, deportista y demás. Comenzamos a salir y creía que era el sueño de mi vida hecho realidad, ¿Qué podía ser mas perfecto que eso?
La realidad me cayo de golpe cuando me di cuenta que nada de lo que creía tan perfecto era así, sino una idealización de eso. Mi plata se me iba disminuyendo poco a poco, el novio perfecto no eran perfecto ni mucho menos sino que solo quería demostrarlo ser, y traía consigo más complicaciones y dilemas que me llevarían a sufrir en la relación. Mis alrededores no me satisfacían como yo pensaba que iban a hacerlo, pero decidí que debía intentarlo igual ya que todo parecía perfecto y no lo quería arruinar.
Luego vino el invierno y comencé lo que había planeado antes de mi llegada: estudiar moda y convertirme en una súper diseñadora. Sin embargo me encontré con un lugar lleno de gente que creía ser demasiado rara y competitiva, sin nada de ganas de socializar ni conocer a alguien nuevo. La presión de ser aceptado a la escuela de arte y ganar la simpatía de los profesores era mayor que otra cosa.
Me encontré en situaciones difíciles como en una clase de moldes, tratando de hacer una pollera que me llevaría hacer un día entero solo el molde. Ahí me di cuenta que lo que necesitaba era estudiar en un idioma que me era cómodo, con gente parecida a mi con ganas de disfrutar la época universitaria y aprender pero con un propósito mas profundo que llenara mi alma.
Luego de un tiempo pensé y pensé que todo lo que creía necesario para mi felicidad en realidad no me satisfacía y no entendía mis sentimientos y descontento. Mi familia tampoco lo entendía. La verdad es que hay gente que sabe encontrar lo que busca más fácil que otra. Pueden seguir su propio instinto sin importar lo que dirán los demás, si aceptan o no. Hay otra, que les es más difícil y necesitan demostrar a los demás que logran lo que se proponen, sin saber si realmente lo desean.
En fin, mudarse de país es algo muy complicado que también tiene cosas positivas. Ayuda a abrir la cabeza y darse cuenta que uno no esta solo, que hay mucha gente diferente aparte de lo que uno creía único, que las culturas son diferentes y parecidas en muchos aspectos, que a pesar de que uno intente adaptarse a algo nuevo, en el fondo es importante mantener nuestra identidad. Debes seguir tus sentimientos siempre, porque tu solo sabes lo que es bueno para ti.
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